Y es que después de tanto agua, yo pensé, lo mejor sera que amanezca lloviendo y no salir, pero no se que me sorprendió mas, si que a las seis dejase de llover dejando un día estupendo de sol, o encontrarme en la plaza con casi treinta locos esperando a dar las nueve y que se pusiese en marcha cada ruta.
Después de tomar entre los coordinadores la sabia decisión de hacer unas rutas mas suaves (que luego no lo fueron), y saludar montera en mano (ver imagen), partimos cada grupo por su lado tomando la grupeta del B dirección al parque de El Soto, donde nuestros dos nuevos compañeros nos dijeron que siguiésemos que ellos se daban la vuelta, y es aquí donde empiezan las trampas del día que nosotros solitos nos fuimos buscando.
Y es que había muchas ganas de bici, porque casi sin querer, esto empezó a ser una autentica aventura, esquivando enormes charcos y teniendo que salir por trigales empujando nuestras monturas .
Casi a la fuerza, tengo que parar al grupo para comer un poco, nadie quería dejar de dar pedales, pero al final después de buscar un sitio que le gusto a Jose David, nos pusimos a decidir donde había mas trampas para llegar al pueblo.
Tomamos dirección al río, por las trialeras de Arroyomolinos, y es donde empezó una suerte de caídas , patinazos, averías y hasta algún abrazo a las retamas, no es cuestión de dar nombres por que saldrían casi todos, y llegados al río vadeamos el arroyo poniendo pie en agua la gran mayoría de nosotros, con las habituales risas cada vez que íbamos cayendo.
Otra trampa después de tanto barro, fue subir a Coto, poniendo pie a tierra,(alguno queriendo y otro sin querer) demostrando una vez mas, que si caes de lado, agarrado a la bici no te pasa nada. Ya cuando pensábamos que estábamos fuera de peligro, Jose David, se relajo y bajando el Mortirolo, dio con sus huesos en el suelo, rompiéndose la chaqueta y el coulotte, alguna magulladura interna mas, que a primera vista no apreciamos, en fin nada que no arregle el maldito parné.
Un día mas, de este bendito club que cada vez es mas grande.
Viva el barro y los días de lluvia. Por que si digo lo contrario me va a dar igual.
ResponderEliminarA ver si el tiempo me lleva la contraria y cambia... y me sorprende con esos días primaverales de antaño.
Los de las caídas a recuperarse, que estas cosas son "asin". Abrazos, JJ.